Mantenimiento de la dirección
La dirección de la motocicleta ofrece una precisión envidiable se siente directamente en las manos la configuración del terreno, resulta mucho más sensible a cualquier irregularidad y esto es transmitido al piloto.
El secreto de una motocicleta, lo que permite ese milagro de que una máquina ligera y de sólo dos ruedas puedan ser un ejemplo de dinámica en movimiento, radica en la excepcional estabilidad y en su sensacional eficacia.
Es un sistema de dirección bastante sencillo y directo, comparándolo con los sofisticados mecanismos de los automóviles, compuestos de innumerables piezas, ejes y engranajes.
En las motocicletas la dirección carece de desmultiplicadores, puesto que su elemento direccional no es un volante, sino un manillar con un breve radio de giro, unido con una serie de elementos a un eje o barra de dirección y, a través de unas bridas de sujeción, se une a la rueda delantera, que es siempre, lógicamente direccional.
De ahí la enorme importancia de un continuo y riguroso mantenimiento del sistema de dirección atendiendo a los plazos de revisión previstos por el fabricante y un control y comprobación exhaustivo de cualquier fallo o anormalidad que pueda detectarse en su uso.
Lo mejor es hacer una revisión de la dirección cada 3.000 km. Si se nota anomalía entre los períodos de engrase, debe hacerse una revisión inmediatamente, a fin de evitar problemas de seguridad y control.
Síntomas de desgaste y/o rotura.
Hay dos cosas que pueden afectar a la función de los cojinetes de la dirección. No tiene nada de extraño que con el tiempo, unos cojinetes, que deben soportar las tremendas palizas de las irregularidades del terreno, transmitidas al chasis de la moto, a través de las ruedas y la horquilla desarrollen holgura. Esta holgura es rectificable y no ha de confundirse con el desgaste o rotura de los cojinetes, que tiene una reparación completamente distinta.
El simple desgaste puede identificarse de varias formas. La más fácil es colocar la moto en el soporte central, sujetar los brazos de la horquilla y tratar de moverlos adelante y atrás. No debe notarse holgura, en caso de haberla, compruebe si esta procede de la horquilla o de la dirección. Si procede de esta última, trata de levantar la rueda delantera del suelo y después de aflojar la presión sobre los amortiguadores, mueve el manillar de lado a lado. Si el movimiento es suave, sin espacios rígidos perceptibles, se puede interpretar que no hay más que una ligera holgura y no hay desgaste. Si se advierte alguna resistencia al mover el manillar, o se notan irregularidades en el movimiento, los cojinetes habrán de ser sustituidos.
Otras anomalías que informan si los cojinetes precisan de nuestra revisión, se tratan, en su mayoría, de cambios en el comportamiento de la motocicleta. Algunos de los efectos producidos por desgaste de los cojinetes de dirección pueden ser iguales a los de un neumático delantero deshincado.
De hecho, los fallos de la dirección son difíciles de localizar en una parte determinada, y muy a menudo están provocados por varias causas.
Uno de los fallos de control más corrientes, puede estar provocado por el desgaste de este componente, es la tendencia o sensación de que la motocicleta sigue unas rodares ficticias o en casos muy acusados a desviarse de la trazada prevista. Otro síntoma es la sensación de inestabilidad en las curvas.
Es muy vago decir que la motocicleta produce sensación de inestabilidad, pero con la práctica se puede llegar a percibir los diferentes estados de la máquina, e identificar su procedencia. La motocicleta a medio o alta velocidad tiende a tener un movimiento pendular, y da una sensación de “flotamiento” en la rueda delantera.
Quizá la pista principal de un desgaste en los cojinetes sea que, en los frenazos, se note un traqueteo en el manillar. En algunos casos, al aplicar el freno delantero, pero lo más normal es que se deba al desgaste de los cojinetes de la dirección, por lo que será necesario proceder a su substitución.
Clases de cojinetes de la dirección.
Los cojinetes de la dirección están situados en el cabezal, a ambos extremos del eje de la dirección. Sus funciones son las de proporcionar suavidad y uniformidad al giro de la rueda delantera de la motocicleta en todo momento, desde los frenazos a los giros bruscos. También han de soportar las sacudidas y tensiones de los baches, y las irregularidades del terreno transmitidas por la horquilla delantera hacia el bastidor de la motocicleta. Cuando pases por un bache profundo o ejerzas un mal salto y notes una sacudida en el manillar que haga tambalear la motocicleta, piensa en la tensión que pasa a través de los cojinetes de dirección. Es realmente sorprendente que puedan soportar esa fuerza sin romperse.
Para contrarrestar todas esas sacudidas, hay dos diseños normales de los cojinetes de dirección. Son los de cono y cubeta, y los de rodillos cónicos. Los de la primera clase son los más corrientes, y los que se encuentran en la gran mayoría de las motocicletas. Los de rodillos cónicos, aún no siendo tan comunes como los anteriores, se encuentran normalmente en las motocicletas japonesas. Por la naturaleza de su diseño, ambos tipos cumplen la misma función, que es la de proporcionar un suave desplazamiento circular y no permitir ningún movimiento vertical o lateral de la dirección.
En el caso de la primera clasificación, las dos cubetas están, colocadas en la superior e inferior del cabezal de la dirección. En esas cubetas, los cojinetes de bolas están retenidos por los conos, que se encuentran situados respectivamente en la parte inferior y superior de la barra de dirección. La cubeta y el cono, juntos, proporcionan un alojamiento al rodamiento de bolas, y éstas se pueden mover libremente entre las dos superficies, sin movimiento alguno en ninguna otra dirección que no sea la giratoria.
En los cojinetes de rodillos cónicos existen tres partes, el segmento cónico superior, la caja de rodamiento y el segmento cónico inferior. Ejecutan la misma función que los anteriores, pero están retenidos en su sitio por la caja. Normalmente los dos anillos interiores de rodadura están fijados en torno al vástago de unión de las bridas, en tanto que los anillos exteriores están uno a cada extremo del cabezal. Para completar el conjunto, hay una tuerca o anillo de ajuste en la brida superior.
Ambas clases se lubrican con grasa de calidad, necesitándose el tipo de alta fundición solamente cuando se produce calor por un componente ubicado muy cerca de la dirección, como pude ser un radiador. Están, también retenidos con una ligera presión, que evita todo movimiento que no sea el giratorio. Cuando se desaloja esta presión, por cualquier motivo, hay que ajustarlos.
A pesar de la relativa simplicidad, son tantos los componentes de la moto que se encuentran situados en la rueda delantera o direccional, que no resulta fácil en ocasiones identificar el origen de un determinado fallo o sensación. Hablamos de sensación porque, mientras que en otros aspectos de la moto es fácil detectar una anomalía problemas de carburación, del embrague, eléctricos, etc.- en el caso de la dirección este defecto se nota sobre todo a través de una especial sensibilidad en la conducción, proporcionada por una larga práctica y experiencia. La habilidad, pues estará, en saber identificar estos posibles fallos en la dirección. Pero no es tan difícil si se atiende a los siguientes criterios.
No debe admitirse ninguna holgura en la dirección. Así que, aunque los cojinetes pueden ajustarse sin necesidad de desmontar, si se detectan holguras es conveniente realizar una revisión completa. De cualquier forma, como hemos visto, la comprobación de la existencia de holguras es sencilla. Si no remedias una pequeña holgura que solo precisa de ajuste de tuerca necesario pude convertirse en una degradación total de los rodamientos como el cuello interior de la dirección.